La Pasion - Catalina Rivas
Hijita Mía, déjate abrazar por Mi más ardiente deseo de que todas las
almas vengan a purificarse en el agua de la penitencia... Que se penetren
de los sentimientos de confianza y no de temor, porque Soy Dios de
Misericordia y siempre Estoy dispuesto a recibirlas en Mi corazón.
Así, día a día, iremos uniéndonos en nuestro secreto de amor. Una
pequeña chispa y luego una gran llama... ¡Sólo el amor verda-dero hoy
no es amado!... ¡Haz amar al amor! Pero antes, ora hijita, reza mucho por
las almas consagradas que han perdido el entusias-mo y la alegría en el
servicio. Ora también por aquellos Sacerdotes que realizan el milagro de
los milagros en el altar y cuya fe es lánguida.
Piérdete en Mí como una gota de agua en el océano... Cuando te creé,
besé tu frente signándote con la señal de Mi predilección... Busca almas, porque son pocas las que Me aman; busca almas e imprime en sus mentes la visión del dolor en el cual Me consumí. Los hombres, sin saberlo, están prontos a recibir grandes dones.
Yo estoy junto a tí, cuando haces lo que te pido; es como si Me quitaras la ardiente sed que Me secó hasta los labios en la Cruz.
Me haré presente cada vez que invoquen Mi pasión con amor. Te concederé el vivir unida a Mí en el dolor que experimenté cuando en Getsemaní conocí los pecados de todos los hombres.
Se consciente de ello, porque a pocas criaturas llamo a esta especie de pasión, pero ninguna de ellas comprende qué predilección He puesto en ellas al asociarlas a Mí en la hora más dolorosa de Mi vida terrena. Lee el libro acá