Durante todos estos años transcurridos desde aquel entonces –serán unos once, más o menos, tenía el vago recuerdo de que aquella obra era un diálogo, entre un hombre que había comprado un crucifijo roto y el Cristo de ese crucifijo, que le hablaba y le decía que no lo restaurase...
Recordaba, según yo, que su crucifijo iba a diferentes casas, y que en tal proceso se le había perdido, y que el hombre puso un anuncio buscando a su Cristo, o la Cruz... o algo así…
Como verán en seguida, a través del texto que les copiaré más adelante, de una
versión de la obra bajada de Internet, mi idea del “Cristo Roto” estaba bastante perdida, y la historia que había recreado a partir de los trozos que alcancé a oír aquella lejana tarde, casi nada tenía que ver con la historia verdadera, o, mejor dicho, con el tema real de la grabación. Lee el libro acá